¿Por qué me cuesta conciliar el sueño?
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Hay noches en las que el cuerpo está cansado, pero la mente sigue despierta. Quedarse dormido no siempre es tan sencillo como cerrar los ojos. Nuestro ritmo de vida, la alimentación, las emociones y la luz a la que estamos expuestos durante el día pueden influir directamente en cómo y cuándo dormimos.
Causas comunes:
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Uso del celular antes de dormir: La luz azul puede mantener el cerebro en alerta.
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Pensamientos o preocupaciones: La mente necesita tiempo para “apagarse”.
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Cenas muy pesadas: La digestión puede mantenernos activos.
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Rutinas irregulares: Dormir y despertar a distintas horas altera el ritmo interno.
Pequeños pasos que pueden ayudar:
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Crear un ambiente tranquilo antes de dormir (menos ruido, menos pantallas).
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Establecer horarios similares para acostarse y levantarse.
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Hacer una pausa de respiración o estiramiento suave antes de ir a la cama.
Dormir bien no siempre significa dormir más, sino dormir mejor. Un pequeño cambio puede marcar la diferencia.
Si te interesa aprender más sobre descanso y bienestar nocturno, puedes encontrar contenido práctico en nuestras redes sociales.
Dormir también es cuidarte